Explorando las Marismas de Odiel

Las Marismas de Odiel son reconocidas como Reserva de la Biosfera de la UNESCO además de como Paraje Natural de Interés Nacional. Este humedal surge de la unión de la desembocadura de los ríos Odiel y Tinto en el océano Atlántico. Al depositar los ríos gran cantidad de sedimentos (y con ellos nutrientes) y el océano provocar una influencia mareal se generan islas separadas por enormes brazos de agua que hacen del paisaje llano algo espectacular. 

Formaciones de Islas en las Marismas de Odiel © Beatriz Festa

Vegetación de las Marismas de Odiel © Beatriz Festa

Las Marismas tienen un valor ornitológico importantisimo, se trata de un enclave esencial para la migración de las aves y como lugar de invernada. Se han datado hasta 200 especies diferentes de aves entre ejemplares permanentes, invernantes, estivales y de paso. También es una zona de cría de especies de interés como las Garzas Reales, Espátulas o Flamencos.

Espátula © Beatriz Festa

Aves limícolas © Beatriz Festa

Los flamencos son uno de esos animales que a todo el mundo le encantan, será por su originalidad. Si las Marismas ya son espectaculares de por sí y por la enorme cantidad de especies avícolas que podemos ver  son una delicia para los visitantes no entendidos en ornitología pero amantes de unos pájaros tan únicos y encantadores como los flamencos. Los hay a montones y muy cerca. En un anillamiento de 2015 se contaron 3.500 parejas reproductoras de flamencos en las Marismas, cifra récord. 

Flamencos © Beatriz Festa

Flamencos © Beatriz Festa

Esta cifra tan elevada viene dada por las propias característica de las marismas, que aseguran un espacio tranquilo y con abundante alimento gracias a las salinas. Los flamencos se alimentan de artemia, un crustáceo que además de ser alimento principal es el responsable del color rosado de los flamencos adultos.

Flamenco volando © Beatriz Festa

Atardecer en las Marismas de Odiel © Beatriz Festa

 ¿Quién se anima a dar una vuelta por las Marismas? :)

Desde aquí queremos dar gracias infinitas a Amelia Bermúdez y a Enrique Martínez por habernos ayudado a preparar y gestionar la visita y a Jose Manuel Sayago por habernos enseñado tan bien las Marismas, que nos dejaron alucinadas.

¡Nos leemos!