Tarifa fue uno de los destinos que antes decidimos en el plan de viaje durante los meses de preparación. Sol, playa, surf y relax nos dijimos, esto va a ser el paraíso. Y el paraíso ha sido, pero por otras razones que no esperábamos.
Nos recibió con unas nubes apocalípticas que daban aún más belleza a sus playas si cabe, les reforzaba ese punto salvaje que han conseguido mantener las playas del Parque Natural del Estrecho.
Camino a Isla de las Palomas © Beatriz Festa |
Playa de Bolonia © Beatriz Festa |
En una tregua de la lluvia pudimos recorrer el primer día el pueblo de Tarifa y ver sus murallas y el casco antiguo, sin duda merece la pena alejarse de la playa y dedicar un día a visitar sus callejones.
Plaza de Santa María © Paloma Gil |
Callejeando por Tarifa ©Paloma Gil |
Puerta de Jerez © Beatriz Festa |
Eso, por supuesto, no ocurrió así.
Los días siguientes acabaron siendo una vorágine de actividades imprevistas que nos han hecho aprender y disfrutar muchísimo. Arkadiusz nos acompañó a visitar las marismas de Barbate y la laguna de la Janda para grabar uno de los desastres ecológicos que ha azotado España para que lo conozcáis y todos denunciemos estas situaciones.
También pudimos acompañar a Paco Montoya (Colectivo Cigüeña Negra) y a Manuel Morales (Birding Tarifa) a uno de sus cursos de anillamiento en la laguna de la Janda. Fue una experiencia fantástica en la que pudimos aprender cómo llevan a cabo todo el proceso de anillamiento, los datos que recogen etc. En breves haremos un especial sobre ello con las fotos que tomamos ;)
Colocando las redes © Beatriz Festa |
Tomando medidas de la Lavandera © Beatriz Festa |
Resulta que, al final, Tarifa sí ha sido inolvidable, pero por un grupo de pajareros locos que nos ha acogido y nos ha hecho sentir como en casa.
Brindemos por nuestra loca o cuerda valentía. Volveremos, eso seguro.
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